Cada vez más, los organismos públicos enfrentan el desafío de modernizar sus sistemas para garantizar servicios eficientes, seguros y escalables que respondan a las demandas ciudadanas del siglo XXI.
Este caso de éxito muestra cómo un organismo público de alcance nacional llevó adelante una transformación tecnológica integral que permitió mejorar la disponibilidad de servicios, aumentar la seguridad informática y sentar las bases de un gobierno digital resiliente.
La necesidad de modernización en el sector público.
Los sistemas legacy y la infraestructura desactualizada representan uno de los principales obstáculos para la eficiencia gubernamental. En un escenario donde la transformación digital es clave para ofrecer mejores servicios ciudadanos, contar con una infraestructura tecnológica robusta y segura se vuelve fundamental.
Este organismo enfrentaba limitaciones críticas que afectaban la disponibilidad de servicios, la eficiencia operativa y la capacidad de respuesta frente a las crecientes demandas digitales. El desafío era claro: modernizar la infraestructura tecnológica con soluciones escalables, seguras y de clase mundial.
El desafío.
La infraestructura heredada comprometía:
La disponibilidad de servicios críticos.
La capacidad de implementar nuevas iniciativas de gobierno digital.
La seguridad y el respaldo de la información.
Por ello, se diseñó una estrategia integral con foco en rendimiento, escalabilidad, seguridad y disponibilidad.
La solución implementada.
La estrategia de modernización incluyó una renovación completa de la infraestructura:
- Infraestructura Core: servidores Lenovo ThinkSystem con procesadores Intel Xeon Gold de 4ta generación y arquitectura redundante.
- Almacenamiento Avanzado: Hitachi VSP con NVMe nativo y protección anti-ransomware.
- Conectividad Segura: soluciones Fortinet con IA/ML y protección para endpoints.
- Virtualización Empresarial: VMware vCloud Suite con licencias perpetuas.
- Backup de Misión Crítica: Veeam con licencias universales para protección 24/7.
Los resultados.
La modernización permitió:
10x más rendimiento, con hasta 4 millones IOPS de capacidad.
100% de disponibilidad garantizada.
Latencia menor a 780ns en switching.
Protección anti-ransomware nativa.
Una arquitectura modular y escalable, lista para la integración híbrida nube–on premise.
Migración sin interrupciones en un plazo de 180 días.
Además, se incluyó un programa de transferencia de conocimiento y certificaciones técnicas para garantizar la correcta operación y continuidad de la infraestructura.
Conclusión
Este caso de éxito refleja cómo la modernización tecnológica en el sector público no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también fortalece la seguridad y prepara el camino hacia un gobierno digital de clase mundial.
La pregunta no es si modernizar la infraestructura, sino cuándo hacerlo realidad.